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Bestiario

Vampiros

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“He venido en respuesta a tus plegarias. La vida ya no tiene sentido, ¿verdad? El vino no tiene sabor. La comida te produce nauseas. Parece que nada tiene razón de ser, ¿verdad? ¿Y si yo pudiera devolverte todo? Calmarte el sufrimiento y darte otra vida. Una que no puedes ni imaginar. Y sería, para siempre. Y ni la enfermedad, ni la muerte...”

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- Entrevista con el vampiro (1973), Anne Rice

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De acuerdo al folclore de distintos países, el vampiro es una criatura que se alimenta de la energía vital de otros seres vivos para así mantenerse activo, y el medio para ello es consumiendo la sangre de sus víctimas hasta acabar con ellas.

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Su descripción física varía de una cultura a otra, y va desde una bestia de ojos rojos con el cabello rosa o verde en China, pasando por una criatura parecida a una serpiente con cabeza de mujer en Grecia, hasta el alto y sofisticado caballero de ciudad con capa de cuello levantado procedente del Este de Europa.

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La mayoría de los atributos de un vampiro, según la cultura contemporánea, proviene de la literatura, sobre todo de la novela “Drácula”, de Bram Stoker, y de las películas, cómics y videojuegos, aunque a veces contradigan la naturaleza primordial del vampiro tradicional original.

 Características físicas

Su principal atributo, en todas las culturas, es que fueron humanos, pero ahora se encuentran suspendidos en un estado entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos, revinientes o revividos, de ahí proviene su aspecto físico básico:

En Europa del Este, principalmente en Eslovenia y Grecia, si un cadáver desenterrado tenía rastros de sangre de su boca o nariz y parecía hinchado, era considerado un vampiro. Además, si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran mas largos que cuando fueron enterrados, o incluso presentaban un aspecto más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos, o ningún signo de descomposición, eran síntomas de vampirismo.

1.

En Transilvania se consideraba que los vampiros eran altos, muy delgados, pálidos, y poseían uñas largas, así como largos y puntiagudos caninos.

2.

En Polonia y Bulgaria se cree que sólo tienen un orificio nasal, así como una especie de aguijón en la punta de la lengua.

3.

Según el folclore rumano, tienen la habilidad de convertirse en animales como perros, gatos, ovejas o caballos, aunque las formas mas mencionadas son de murciélago y niebla.

4.

 Comportamiento

Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas, aunque hay descripciones que mencionan que también son antropófagos y que la base de su sustento no era realmente la sangre, sino la “energía vital” de sus víctimas.

1.

No se reflejan en espejos ni tienen sombra, tal vez como manifestación de su carencia de alma.

2.

Debido a su posible naturaleza demoniaca, o su origen sacrílego, no soportan la simbología cristiana, por lo tanto, pueden ahuyentarse usando una cruz cristiana o agua bendita, y no pueden cruzar por terrenos consagrados como los de una iglesia.

3.

Son virtualmente indestructibles y extremadamente fuertes.

4.

En general se supone que son vulnerables a la luz del sol, pero entre los eslavos se cree que no sólo pueden resistir a la luz solar, sino que incluso pueden trasladarse de pueblo en pueblo y llevar una vida normal.

5.

Algunas tradiciones sostienen que no pueden entrar en una casa a menos que sean invitados, pero que una vez invitados, pueden entrar y salir a voluntad de ella.

6.

Tienen una afinidad natural con la magia negra, especialmente con la Nigromancia, que dominan con mayor facilidad que el mas diestro de los magos oscuros.

7.

 Nacimiento de un vampiro

Las características que presenta un vampiro van a depender, principalmente, de como un vampiro fue convertido, algunas de estas formas son:

Por predisposición desde el nacimiento:

En Rumania se cree que el séptimo o duodécimo hijo cuyos hermanos mayores son todos del mismo sexo tiene mas posibilidades de ser un strigoi, es decir, un vampiro de nacimiento. También el tener determinadas marcas de nacimiento, como el hueso sacro pronunciado, abundante vello corporal o haber nacido encapuchado, es decir, con la cabeza parcialmente envuelta en la placenta también denota vampirismo.

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Por muerte prematura o violenta:

En Grecia, Bulgaria, Eslovenia, en algunas culturas africanas e Indonesia se cree que aquellos que han tenido una muerte prematura o en circunstancias anormales por suicidio o violencia, pueden convertirse en vampiros.

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Por incumplimiento de rituales funerarios y religiosos:

Se dice que, cuando las personas encargadas de preparar y vigilar un cadáver no realizan los rituales adecuados, o no vigilan que un animal, especialmente perros, gatos, u otra persona pase sobre el cadáver, este tiene muchas probabilidades de convertirse en un vampiro.

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Maldición por acciones criminales o sacrílegas:

En China existe la creencia que, aquellos quienes cometen ciertos actos en vida, se convierten en vampiros al morir. En Eslovenia y Grecia se cree que los vampiros eran brujas o personas que en vida se habían rebelado contra la iglesia al vender su alma al diablo y que al morir su cuerpo es poseído por un demonio.

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Por mordedura de un vampiro:

Según casi todas las tradiciones, especialmente en Eslovenia, se tiene la creencia que aquella persona que muere después de haber sido mordida por un vampiro se convierte a su vez en uno, siempre y cuando la mordida haya sido por consentimiento de la víctima, de otro modo, puede morir debido a las toxinas emitidas por el vampiro.

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 Origen de la leyenda de los vampiros

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Los vampiros no surgieron con una definición tan clara, debido principalmente a la amplia variedad de mitos sobre el origen de estos en casi todas las culturas del mundo. Se cree que evolucionó, al menos la concepción actual, de diversas tradiciones establecidas en toda Europa. Dichas creencias partían del temor de que los muertos, una vez enterrados, pueden regresar de la tumba a dañar a los vivos.

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Estas leyendas se debían principalmente a la falta de conocimiento sobre la descomposición del cuerpo humano, pues, al contraerse la piel y las uñas del cadáver parecen alargarse, a la vez que los órganos internos se descomponen y un liquido oscuro puede escapar por la nariz y la boca, de ahí la creencia de que ese liquido era sangre y les hacía suponer que el cadáver se había alimentado de los vivos.

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También se creía que los vampiros son la causa de la propagación de enfermedades mortales, de ahí que se llevaba a cabo exhumaciones de cadáveres para revisar que no hubiera vampiros, y cada que “encontraban” a uno, lo aniquilaban al clavarle una estaca al cuerpo, cortarle la cabeza o ponerle un ladrillo en la boca. De este modo, las personas de los siglos XV y XVI creían tener algún control sobre las enfermedades.

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