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En un callejón de Madrid

Actualizado: 17 mar 2019

Dentro de la Internet existen historias escritas para deleitar a aquellos que gustan de leer relatos de terror, mitos y leyendas urbanas que circulan por la web, aunque dentro de todas ellas, se esconden ciertos casos, como el de los niños de ojos negros, que, para algunas personas son ciertas, y existen casos en los que dan fe de ellos.


Mi primo alcanzó a ver algo extraño en el rostro de la chica, en sus ojos, pero creyó que era algún efecto de la luz

Este relato le sucedió a un primo, del cual prefiero suprimir su nombre, y hasta el día de hoy le dan escalofríos sólo recordarlo.


Permítanme, antes, ponerles en contexto. Los Niños de Ojos Negros son, según los relatos, infantes que aparecen en medio de noches heladas, vistiendo prendas de época, o bien, ropa muy ligera, utilizan un vocabulario muy amplio que no concuerda con jóvenes de su edad aparente, siempre aparecen en pareja, normalmente uno de ellos, el mayor, es de una edad aproximada entre los 12 y 14 años, y el otro de unos 8 a 12 años, aunque en ocasiones puede ir uno solo. Pero, las características más extrañas son sus ojos, completamente negros, y que, parecen ejercer una especie de control mental sobre las personas frente a las que se aparecen, además de un extraña aura de miedo que los envuelve, que consigue que aquellos a quienes se les presentan se sientan incomodos, o incluso aterrados con su presencia.


Un primo, que actualmente vive en España, cuenta que, hace algunos años, mientras estudiaba en Madrid, padecía de severos problemas de sueño, era de esas personas que se dormían a media tarde y se despertaban en plena madrugada, o simplemente no concilian el sueño en toda la noche. En una ocasión se durmió toda la tarde y se despertó a mitad de la noche, se levantó con hambre y fue a revisar el refrigerador en busca de comida, pero no encontró nada, entonces revisó el reloj y al ver que faltaba sólo un par de horas para el amanecer, decidió esperar a que dieran las 5 am para ir a comprar algo de desayunar a una conocida cafetería que estaba relativamente cerca de su departamento, mientras se sentó a ver televisión.


La televisión estaba ubicada al lado de la ventana, de modo que podía ver el momento en que empezara a amanecer para salir a la calle. Dice que él sintió que no pasó casi nada de tiempo cuando, de repente volteó y se dio cuenta que no sólo había amanecido, sino que el cielo ya estaba completamente azul. Se sorprendió tanto que no revisó el reloj, solo se levantó del sofá, tomó su abrigo, se puso su gorro, cogió sus llaves y salió corriendo, olvidando su celular en el departamento.


Salió de su casa, cerró la puerta con llave y bajó a la calle, dice que estaba helando, así que se encogió y comenzó a caminar. Comenta que para llegar a la cafetería había dos rutas, una era caminar hasta la avenida principal y dar vuelta, y la otra era tomar un callejón que atravesaba toda la cuadra en diagonal y salir a unos pasos del lugar, está de más mencionar que decidió tomar el callejón. Éste se encontraba iluminado sólo por tres lámparas, una al principio, otra justo en medio y la otra al final. Mi primo comenzó a caminar sobre el callejón, y mientras lo hacía fue observando el cielo, le gustaba mucho hacerlo, y le pareció extraño y curioso ver que el cielo estaba ya completamente azul, pero aun no salía el sol, y las estrellas estaban muy brillantes. Mientras caminaba, notó que en medio del callejón había una silueta de pie, inmóvil; al principio no le tomó importancia, pero entre mas se acercaba, mas incomodo lo ponía, puesto que estaba parada en la parte oscura del callejón, justo entre la lampara de en medio y la del final.


Cuando se encontraban ya a unos cinco pasos de distancia pudo notar que se trataba de una chica de no mas de catorce años, piel blanca, cabello rubio; dice que le pareció muy extraño que llevara puestas botas, un vestido blanco de seda y una torera con capucha que le cubría el rostro, el cabello le caía como cascada a ambos lados. Mi primo alcanzó a ver algo extraño en el rostro de la chica, en sus ojos, pero creyó que era algún efecto de la luz en conjunción con el maquillaje que, según él llevaba puesto. Él siguió caminando, y al pasar al lado de ella, se volteó con la intención de preguntarle si se encontraba bien, cuando la chica, con una voz muy educada le dijo “estoy perdida, ¿puedo ir contigo a tu casa, utilizar tu teléfono para llamar a mi casa y entrar a tu sanitario?”. Él, sorprendido, sólo acató a responder “¿perdón?”, a lo que ella repitió su monólogo.


Mi primo comenzó a sentirse un tanto incomodo, principalmente por la insistencia de la joven. Él intentó convencerla de que mejor lo acompañara a la cafetería, que ahí había baños y podría pedir un teléfono, pues él no llevaba el suyo, por suerte. La chica cada vez insistía más, y más, hablando en voz cada vez mas alta, “LLEVAME A TU CASA, NECESITO IR A TU CASA, LLEVAME A TU CASA, NECESITO USAR TU SERVICIO SANITARIO, LLEVAME A TU CASA, NECESITO…” y, de repente, sin previo aviso, dejó de levantar la voz, dio media vuelta y comenzó a caminar por donde mi primo venía.


Mi primo estaba anonadado ante la situación sin saber que estaba pasando y viéndola alejarse, cuando la chica, de repente, dio media vuelta mientras pasaba debajo de la lámpara, volteó a ver de nuevo a mi primo, y ahí fue cuando se encontró aquellos ojos, completamente negros y vacíos, como si careciera de alma; le sonrió de una manera muy macabra, ladeó un poco la cabeza y le dijo “nos vemos pronto”. A mi primo se le heló la sangre, un escalofrío causado por terror absoluto le recorrió todo el cuerpo, eso le dio el impulso para salir corriendo sin mirar atrás hasta la cafetería. Al salir a la avenida notó que el cielo aún estaba oscuro y las estrellas brillaban tenuemente, en comparación de como lo hacían hace unos minutos. Por fortuna, la cafetería ya estaba abierta, entró aterrado y no salió hasta cerca del mediodía.


Muchos se siguen preguntando por qué no regresó a su departamento después de verla, pero él asevera que no lo hizo por temor a que la chica lo siguiera.


Hasta la fecha aún recuerda la anécdota y se pone pálido del miedo. Comenta que desde ese día trata de dormir toda la noche, y si llega a despertar en la madrugada, ni de broma sale de su casa hasta asegurarse que ya es de día.


Redirek

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