General Rage cuenta sus experiencias en una nueva casa. No importa cuánto creas saber de temas paranormales, cuando el momento llega, lo inesperado siempre se hace presente.
"Me levanto de la cama, veo que todo está oscuro, pero en donde debería estar la luz del pasillo encendida veo oscuridad, una oscuridad realmente profunda y siento la presencia de algo aguardando ahí"
Mientras escribo este relato puedo sentir la piel de gallina y un cosquilleo en la espalda.
Recapitulando, nací en la Ciudad de México, me mudé con mi familia a Xalapa, Veracruz empezando el año 2000. Luego de varios años y casas mi mamá y su esposo adquirieron un terreno en un pueblo a unos minutos de la capital del Estado. Dicho lugar era prácticamente una selva, ahí donde aparentemente no había nada más que vegetación y rocas construyeron una casa.
Desde el primer día, cuando mi madre, en compañía de mis hermanos menores acomodaba ropa escuchó la voz de un niño que hablaba como si se estuviera quejando amargamente, en un principio pensó que se trataba de mi hermanito Iván, quien tenía cinco años. Las quejas insistentes la comenzaron a molestar, ya que ella sólo le contestaba que la dejara terminar pero seguían, no entendía que le decía, pero era tan enérgico que ella dejó lo que estaba haciendo para atenderlo, fue ahí cuando al voltear se dio cuenta que estaba sola en la recámara, mis hermanos estaban afuera jugando en el jardín. Aquel suceso fue el primer contacto.
Pasó mucho tiempo para que algo más ocurriera otra vez. Se construyó el segundo piso y nos cambiamos a esa sección, mi madre y su esposo se quedaron en la planta baja y arriba cada quién tenía su propia habitación. En aquel entonces Iván comenzó a ver que alguien pasaba por los pasillos de la planta alta sin importar la hora, según él sólo distinguía la silueta de un hombre alto. Debido a la imaginación de mi hermanito nadie lo tomo como algo real, sin embargo su miedo crecía con el paso del tiempo, entonces mis hermanos comenzaron a compartir recamara, quedando la habitación de en medio vacía; se le dio uso como un cuarto para los juguetes.
Una mañana, mientras limpiaba la entrada de la casa me topé con un hallazgo un tanto inusual, había varias cabezas de pollo y unos círculos hechos con sangre, de la que supusimos era de esos animales, y entonces nos dimos cuenta de que a alguien en el pueblo no le gustaba que llegáramos a vivir ahí.
En el pasillo del segundo piso entre la recámara de juguetes y la mía pusieron una computadora de escritorio para que la utilizara en mis actividades escolares. Las noches siguientes mientras yo me quedaba haciendo tarea podía escuchar como si hubiera alguien en la recámara de los juguetes, la cual era evidente que estaba vacía, pero se oía claramente como movieran los juguetes.
Mi hermana tenía una muñeca “Nenuco” que perdió un brazo. Una noche mi hermano comenzó a gritar pidiendo ayuda, eso me alerto, salí de mi cuarto para ir a verlo. Mi hermana estaba asustada por el alboroto de Iván, el cual decía que sentía que lo pellizcaban y según él, era la manita de la muñeca, y que cuando llegué a ver desapareció bajo la cama. Se les tuvo que poner una luz de noche y el foco del pasillo encendido para que recuperara la tranquilidad.
Pasó más tiempo y yo comencé a experimentar terrores nocturnos. ¿Les ha pasado que están durmiendo y alguien malintencionado los despierta agitando sus cabezas contra la almohada? Eso comenzó a pasarme únicamente a mí, algo por las noches lo provocaba. En ese momento yo contaba con 17 años, esto quiere decir ya a dos años de vivir ahí, incluso los terrenos alrededor fueron reemplazados por casas nuevas.
Dicho fenómeno ocurría junto a una parálisis de sueño, al principio de forma esporádica pero se volvió más frecuente, incluso más de una vez en la misma noche y a veces de día. Por el miedo me pasé con mis hermanos a su recámara, con eso se detuvo esa situación, al menos de momento.
Mis hermanos crecieron más y obviamente cada uno se repartió las recamaras, teniendo que regresar a mi cuarto. Contando con 18 años, yo cursando la carrera y mis hermanos la primaria adoptamos a una gatita a la que pusimos de nombre Focha.
Yo me encariñé mucho con la gatita, a la cual tenía en mi recamara, me hacía sentir acompañado, seguro. Pero, una noche, mientras dormía, sentí como alguien me levantaba los pies y los dejaba caer sobre la gata, a ella no le pasó nada pero a mí me sacó un susto de muerte, pues lo sentí de forma consciente, era más una fuerza, pues no puedo decir que haya sentido manos o algo similar levantar mis pies.
Mi padrastro se regresó a la Ciudad de México por motivos de trabajo, y por alguna razón lo que nos acechaba lo sabía, pues la actividad se volvió más frecuente. Ahora se escuchaba que caminaban por los pasillos. Mi padrastro mandó a construir una barda para rodear a la casa, ya que al no estar presente temía que alguien intentara meterse a robar, cuando hicieron los cimientos encontraron debajo una carretera de piedra. Pensábamos equivocadamente que habían construido la casa en un terreno limpio pero resultó que había construcciones debajo.
Y los terrores nocturnos se volvieron algo más frecuente aún. La gatita ya no se dormía conmigo y yo de los nervios tenía que dejar la luz prendida. Aun así seguían despertándome agitando mi cabeza contra la almohada. Mi madre nos contó que para ella ya era normal escuchar la voz de niño que en ocasiones le hablaba cuando estaba sola, por lo que pensaba que aquello era precisamente eso, un niño, o el fantasma de alguno.
La noche en que inició todo tuve un sueño en el que estaba solo en una casa abandonada la cual no puedo recordar bien pero que al pasar por un patio encuentro una pileta llena de algo parecido al lodo, al asomarme de pronto sale algo parecido a un ser delgado de brazos largos que, me arrastra hacia la pileta y me hunde, en ese momento despierto pero estoy de nuevo en aquella casa, vuelvo a caminar hasta el patio y frente de mí la pileta llena de lodo, una vez más me acerco a ver pero ya sé que algo saldrá para atraparme, es ahí cuando al brotar del lodo le doy varios puñetazos hasta que se vuelve a esconder. Entonces escucho una voz que me dice “está aquí” y por fin salgo de la pesadilla.
Me levanto de la cama, veo que todo está oscuro, pero en donde debería estar la luz del pasillo encendida veo oscuridad, una oscuridad realmente profunda y siento la presencia de algo aguardando ahí, luego volteo y me doy cuenta que sigo dormido, estoy acostado en la cama. No soy realmente ajeno a la situación, sé que no es algo normal, mi perspectiva de la habitación es como si yo fuera muy alto o si estuviera elevándome. En ese momento escucho a un niño llorando en el marco de la puerta.
Poco a poco de la oscuridad emergió una figura pequeña, un niño color blanco, desnudo, no podía verle el rostro, por que miraba hacia el piso y por mi ubicación igualmente no alcanzaba a distinguirlo.
En un momento aquel ser avanzó a gatas hacia la cama, donde me encontraba durmiendo, mi primer reacción fue ir directo hacia eso y abrazarlo, lo cual pude hacer, no lo dejaba avanzar hacia mi cuerpo físico, evitaba ver su cara ya que aunque creía que era un niño sentía aversión hacia lo que pudiera encontrarme, empecé a hablar, o al menos eso creo, le dije que ya no pertenecía a ese mundo, le repetía una y otra vez que debía descansar, que no tenía asuntos en el mundo, que debía dejar de sufrir. De golpe sentí tristeza, una muy fuerte, y sentí pena por ese “niño” que estaba llorando, ahí todo se oscureció y desperté.
Sentí mucha tranquilidad, como si hubiera dormido bien, pensaba yo que había ayudado al fantasma de un niño a cruzar al otro lado y encontrar el descanso. Dejé de tener pesadillas y los ataques mientras dormía cesaron.
Todo parecía haber terminado, sin embargo era sólo el principio de la verdadera pesadilla, no sé, si aquella noche ayudé a un espíritu a ir al otro lado o, en cambio le di el permiso a un ser de oscuridad de permanecer en la casa. Los años siguientes sabría que todo lo que había vivido antes en otras casas era nada comparado para lo que llegaría, y para lo cual no estaba preparado.
CONTINUARÁ…
General Rage
Comments