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La condesa de Malibrán

Mónica, seguidora de la página, nos comparte otra leyenda de su natal ciudad y puerto de Veracruz



“en las noches, si circulan por ahí, y el camión va vacío, llegan a ver a una mujer de blanco sentada en el asiento de atrás como si de una pasajera se tratara, justo al pasar frente a la hacienda, lo que aterra a propios y extraños, pues, de igual modo, se dice que es el fantasma de la Condesa que se los quiere llevar”

Se cuenta que, en la época de la colonia, a principios del siglo XIX, llegó una pareja de españoles a vivir al Puerto de Veracruz. Habitaron la Hacienda de Malibrán, ésta abarcaba en su totalidad lo que en la actualidad se conoce como Boca del Río, su extensión incluía el lugar donde ahora se ubica el Centro Comercial “El Dorado”, parte del río que atraviesa la ciudad forma parte de lo que eran los jardines de la hacienda. Actualmente lo que queda de dicho lugar está en un lugar muy recóndito y sus terrenos están reducidos a únicamente los alrededores de la construcción. Estas ruinas se encuentran al pie de un camino de terracería que conduce a un pueblito llamado “San José Novillero”, entre Boca del Río y la ciudad de Alvarado.


El señor ostentaba el título de Conde, lo que a su esposa la convertía, por claras razones en Condesa, y los lugareños conocían a la pareja como los Condes de Malibrán, no porque ese fuera su apellido, sino por el nombre de la hacienda. Se dice que la Condesa era una mujer muy hermosa, y tenía un cuerpo envidiable, haciendo que todos voltearan al verla pasar.


A los pocos años de haber llegado a la ciudad, el Conde de Malibrán falleció de manera misteriosa, dejando a su mujer viuda. Tiempo después comenzaron a rondar varios rumores sobre ella, uno de los más comunes es que ella era una bruja que tenía muchos amantes jóvenes, lo misterioso es que estos jóvenes la iban a visitar a su hacienda y jamás se volvía a saber de ellos, llegaban para no volver.


Hay muchas leyendas alrededor de esta creencia; cuentan las historias que ella tenía alrededor del casco principal de la hacienda, varias fosas, y que, los jóvenes que la visitaban, después de acostarse con ella, eran asesinados y tirados sus cadáveres en estas cavidades, y que a su vez estas tenían lagartos en su interior para así, desaparecer los cuerpos, no sin antes desollarlos. Se dice que la condesa se bañaba en la sangre de estos jóvenes, para así mantenerse siempre joven y hermosa. Hay quienes van mas allá y dicen que la condesa, además de bañarse, se bebía la sangre de sus amantes. La condesa tenía únicamente mujeres como sus esclavas viviendo con ella, y estas tenían prohibido salir de la hacienda, o tener algún tipo de relación con cualquier hombre. Ella hacía que sus doncellas le prepararan una enorme tina de baño repleta con la sangre de sus victimas para, después, sumergirse en ella y de paso, beber su sangre.


Según las historias, y registros de la ciudad, la Condesa mandó a construir una serie de túneles por debajo de la hacienda que llegaban a distintos puntos de la ciudad, entonces, a altas horas de la noche, la Condesa se citaba con sus jóvenes víctimas para tener encuentros, y se escabullían por estos túneles para llegar a la hacienda. Algunas de las ubicaciones de los pasajes son el Fuerte de San Juan de Ulúa, otro que sale del Archivo de la Ciudad, uno más que parte de la Casa de la Cultura. Se cuenta que otro inicia en la Catedral Metropolitana, aunque de este no se sabe a ciencia cierta donde está la entrada; todos tienen su desembocadura en la Hacienda de Malibrán. De hecho, si visitas el Archivo, o la Casa de la Cultura, encontrarás que hay varios sótanos que, actualmente, son usados como bodegas, y dentro de ellos hay varias puertas, puertas que ahora están selladas con muros de piedra, para evitar que los curiosos se adentren en los mismos.


Existen varios relatos de sucesos extraños que siguen ocurriendo hoy en día con respecto a la Condesa y la Hacienda de Malibrán, uno de los mas sonados es que, si caminas después de la media noche, por el centro de la ciudad de Veracruz, y ves a una mujer vestida de blanco caminando solitaria, y de repente ves que se acerca a ti, debes huir, pues es la Condesa que te quiere llevar a través de uno de sus túneles a su hacienda para bañarse con tu sangre.


Otro suceso, aunque no tan sonado, es que, en el pueblo donde se encuentra la Hacienda, San José Novillero, entran unos camiones urbanos llamados “Saeta”; resulta ser que los Saeta dejan de entrar al pueblo antes de la puesta de sol, pues tienen que pasar justo al lado de las ruinas abandonadas de la Hacienda y, como, al transitar ese camino casi no llevan pasaje, en las noches, si circulan por ahí, y el camión va vacío, llegan a ver a una mujer de blanco sentada en el asiento de atrás como si de una pasajera se tratara, justo al pasar frente a la hacienda, lo que aterra a propios y extraños, pues, de igual modo, se dice que es el fantasma de la Condesa que se los quiere llevar, por ende, si no llevan pasajeros, tratan de evitar adentrarse en el pueblo.


No se sabe, a ciencia cierta, que parte de esto es verdad y que parte de esto es ficción, pero esta es una mas de las historias que se cuentan sobre el Puerto de Veracruz.


Redirek

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