Así es como una amiga comienza su relato. La llamaremos Eleonor, para mantener su nombre en el anonimato. Ella nos relata varios sucesos que le han ocurrido desde pequeña.
Advertencia: Este relato puede causarte algún tipo de pesadez, léelo bajo tu propio riesgo.
Nos sentamos a platicar en la sala y comenzamos a escuchar que en la casa se movían los cajones, como si alguien estuviera buscando algo, por toda la casa
Desde chiquita siempre veía cosas, pero mi mamá me decía que no tuviera miedo, es normal en nuestra familia tener este tipo de habilidades, que a lo largo de mi vida me iban a pasar cosas super raras. Un tío que me decía lo mismo fue quien me ayudó de muchas formas a afrontar esta situación, veía cosas, sentía gente conmigo, presencias que no veo físicamente, pero que sé que andan detrás mío. Depende mucho de la vibra que tengan, si son buenos o malos pues, si me dan miedo, es como, algo que me dice, no voltees porque ahí hay alguien y te va a dar miedo, o voltea, hay algo, pero no pasa nada. Por ejemplo, estoy en mi casa y veo que pasan sombras, en una ocasión estaba usando la computadora, cuando de pronto vi salir de mi recamara una sombra que pasaba de mi cuarto al cuarto de mi hermana. Además de ver cosas, me han hecho marcas en los brazos y moretones, pero esos han sido por “duendes” que se han enojado conmigo, no sé por qué.
La más fuerte que viví fue una ocasión en la que estaba en mi cuarto, antes mi habitación se dividía con la de mi hermana por una cortina, y yo estaba doblando ropa, cuando de pronto alguien, o algo, me mueve la cama y me avientan la cortina, yo me saqué de onda y dije, qué, está temblando o qué, y fui a ver a mi otra hermana a su recamara y le pregunté si ella había ido al mío, y me dijo que no, entonces le conté lo que me había pasado, y fue a revisar. En lo que ella revisaba yo me fui a la sala, y, bueno, siempre ponemos cruces de palma para ahuyentar las malas vibras detrás de la puerta principal, pues comenzaron a aventarme las cruces, cuando regresó mi hermana y me dijo que no había nada.
Nos sentamos a platicar en la sala y comenzamos a escuchar que en la casa se movían los cajones, como si alguien estuviera buscando algo, por toda la casa, desde mi cuarto que está al fondo, hasta la sala. Estábamos tan espantadas que tuvimos que ir a despertar a mi mamá, quien estaba dormida, para contarle todo lo que nos había pasado, y ella nos tranquilizó diciendo que no pasaba nada.
En otra ocasión estaba en casa de una amiga, ella fue al baño y yo me quedé en la sala, cuando de repente sentí algo, volteo al pasillo que llevaba al fondo de la casa y vi a algo ahí, y cuando regresó le pregunté si en su casa espantaban, me preguntó por qué, y le dije, “es que siento que hay alguien ahí parado”, y ya me confesó que han estado espantando a sus hermanos, les golpean las ventanas, o les hacen cosas, y le dije, “ah pues tienes a alguien ahí”, y me dijo que sí, que ella también sentía que ahí asustaban.
Pero, a pesar de todo, trato siempre de ser valiente, porque, a veces pienso que mostrarme temerosa ante estos eventos, les da fuerza para agredirme o hacer otras cosas a quienes me rodean; siento interés en aprender a hacer lo que hacía mi tío, principalmente para poder ayudar a las personas.
Redirek
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