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Viajes Astrales 2: Caminando entre la niebla

La segunda parte de la historia contada por Redirek, los viajes a otro plano pueden llevar a lugares oscuros y aterradores.

desde que aparecí ahí supe que estaba en el plano astral por la presencia de la niebla, salíamos del edificio y comenzábamos a caminar por una calle totalmente desolada

Hay personas que nacemos con la habilidad de viajar al mundo astral, de manera consciente o inconsciente, incluso hay quienes son convocados por otras fuerzas a viajar ahí, e incluso, a partir de ahí pueden saltar a otros planos más bajos. Lo que se sabe sobre los viajes astrales es que debes estar en un estado profundo de relajación para que tu alma pueda viajar a este plano, aunque hay unos cuantos que pueden ir y venir a voluntad. También se sabe, de quienes viajan a este místico lugar, que las cosas son, aparentemente iguales, pero con sutiles diferencias, colores o formas distantes, y que en este plano habitan espíritus, de alto y bajo astral, es decir, seres de luz… y oscuridad.


De alguna manera siempre fui consciente de que tenía esa habilidad, ya de niño viajaba al plano astral sin saberlo y en un estado consciente, es decir, estando despierto, pero pasó mucho tiempo para que volviera a viajar.


Cuando estaba estudiando la universidad tuve varios, llamémosle sueños, en los que yo recorría las calles de la ciudad, pero los lugares eran diferentes a como los veía usualmente, es decir, había diferencias muy sutiles, pero era capaz de reconocerlas, casas pintadas de otro color, construcciones que estaban cambiadas de lugar, o que simplemente no estaban, y las personas iban y venían, pero unas estaban rodeadas de luz, y otras envueltas en un humo negro, y los rostros nunca se veían claramente, y siempre había una extraña niebla rodeándolo todo. Por alguna razón yo siempre supe que esto era el plano astral, y trataba de pasar desapercibido ahí para no “traerme” nada de ese plano a este.


Sin duda, uno de los viajes que más me marcó fue uno en el que visité, de manera totalmente inconsciente, y sin conocer el edificio, la “Normal de Perote”. Permítanme contarles. En este ”viaje” yo estaba con una “amiga” en un edificio de la ciudad, pero desde que aparecí ahí supe que estaba en el plano astral por la presencia de la niebla, salíamos del edificio y comenzábamos a caminar por una calle totalmente desolada, a oscuras y sin edificios, hasta que llegábamos a una glorieta rodeada de casas en obra negra, en el centro de la glorieta había una casa, también en obra negra, y al pararnos frente a ella, mi amiga me decía, sígueme; entrabamos a la casa y la atravesábamos para salir por la otra puerta, cuando salíamos, frente a la glorieta, había un edificio totalmente en ruinas, mi compañera me decía, esta es la Normal, querían que te trajera aquí, en eso, se comenzaron a ver luces y movimiento en lo alto del edificio, antorchas venían bajando desde lo alto del lugar hasta llegar a la entrada principal de las ruinas, eran unas 100 personas vestidas con túnicas rojas, venían encapuchados y estaban envueltos, además, por una espesa neblina negra que les cubría la parte baja del cuerpo.


Mi amiga me tomaba de la mano y me decía, corre, y nos metíamos a la casa de donde habíamos salido, intentamos salir, pero los encapuchados nos tenían rodeados por ambas salidas, entonces, de repente se escuchó una voz demoníaca que retumbó por todo el lugar diciendo ¡ENTRÉGALO! Mi amiga volvía su cuerpo hacia mí, y me decía muy seria, vete, mientras me empujaba del pecho, en ese instante yo desperté sobresaltado por lo que acababa de pasar, aún con la voz retumbándome en el oído. Ya no pude conciliar el sueño de nuevo.


Al otro día tomé mi ordenador portátil para investigar sobre el lugar que visité, y cual va siendo mi sorpresa que al teclear “Normal de Perote” en el buscador de Google Images, iban apareciendo las imágenes del mismo edificio en el que estuve dentro del plano astral. Mucho tiempo le di vueltas al asunto, pues no entendía que querían de mi en ese lugar, hasta que dejé de prestar atención al asunto.


Por azares del destino, dos años después de aquél “viaje”, tuve que mudarme a la ciudad de Perote por cuestiones laborales, y desde el primer día, sin siquiera saber de la ubicación de esta vieja edificación, mi atención se fijo en un punto que me atraía energéticamente, y cada día, durante el año en que viví ahí, algo, una fuerza descomunal y muy oscura, me atraía, queriendo que pusiera un pie dentro del edificio, sin importar en qué parte de la ciudad me encontrara, o cuan concentrado estuviera en una actividad, de repente volteaba a ver hacia el punto donde estaba la edificación; siempre me negué a ir, incluso cuando varios compañeros de trabajo me invitaron a ir a hacer excursiones al lugar.


Redirek

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